Hades sale de ese restaurante. Al encontrarse, el primer bote de basura escupe el pastel. Que le está quemando la boca. Esperando sentir un alivio y olvidar ese recuerdo. Pero no, el terrible sabor de ese postre sigue impregnado en sus pupilas gustativas. Continúa caminando sintiendo su cuerpo completamente extraño. Hasta que llega al balcón del segundo piso del crucero. Que tiene vista hacia la proa.
Mira hacia el frente, encontrándose con ese enorme mar abierto. La brisa suave mueve su cabello y toca su rostro. Eso le ayuda a controlar cada pensamiento. Y a olvidar un poco el horrible sabor que tiene en su boca.
Se culpa con todas sus fuerzas por haber sido tan idiota en decir que se le había antojado un postre cuando hay otras comidas.
Pero por estar viendo a Kayla, lo ha hecho volverse menos ágil para pensar. Y es que se dejó hipnotizar por esa linda sonrisa, ese brillo hermoso en sus ojos. Ese cabello que cae sobre sus hombros. La manera en la que se ha mordido el labio lo