Y realmente no dormimos juntos durante la semana. Mi madre no cambió su palabra. El sábado Nicolás me invitó al salón 191. Invitamos a Lorraine a que nos acompañara. Prefiero ir allí que a Manhattan para no correr el riesgo de encontrarme con Val y Alissa. Aunque ya les había dicho la verdad (en parte), no me sentía cómodo dejándolos verme con Nicolás.
El padre de Nicolás tenía un coche y su madre otro. Sin embargo, se negó a tomar el auto de sus padres. E incluso aceptar uno como regalo. Quería hacerlo todo por sí mismo, a pesar de que su familia pudo darle todo lo que quería. Así que tomó el auto de Otto para que nos fuéramos.
- Estoy pensando en conducir también. Dije mientras lo observaba.
- Es la hora. - dijo Lorena. – Independencia, prima.
- No me importa llevarte donde quieras. - Dijo Nicolás poniendo su mano en mi pierna mientras conducía.
- Sí, con el auto de mi padrastro. – me burlé.
- Sí, con el coche de Otto. - el Confirmó.
- ¿Por qué no aceptas un coche de tus padres? pre