Cuando bajé esa mañana a la empresa, la criada me detuvo antes de que saliera por la puerta:
- El Sr. Welling te está esperando para desayunar, Juliet.
Miré el reloj y arqueé una ceja, confundida.
- ¿No me dijiste que no suele desayunar en casa?
"Yo no solía..." dijo ella, sonriendo tímidamente.
Fui a la sala donde se servían las comidas. Me senté a su lado.
- ¿Me estás esperando para comer? Pregunté mientras me servía un poco de leche.
- Por supuesto, soy educado.
- No deberia. No suelo comer nada por la mañana. Así que si vas a seguir acosándome así, no va a funcionar.
- No te estoy acosando ahora... Es solo un inocente desayuno.
- Inocente es cuando nos acostamos en mi cama y escuchamos CDs de TNT. Hoy no hay inocencia entre nosotros.
- Volvió ayer temprano... de su cita.
- Edu no es un hombre lento. - dije tomando el café caliente que bajaba casi quemándome la garganta.
- ¿Así que crees que lo soy?
- Si no fuera así, no le habría dejado terminar el trabajo que empezaste. - dije re