- ¿Qué sucedió? – me preguntó Edu mientras nos dirigíamos al jeep.
- Una buena conversación sobre el pasado. - Yo hablé.
- Le gustas.
- ¿Crees?
El me miró:
- Tú lo sabes.
Guardé silencio. No estaba seguro. Hasta hace poco pensé que solo quería destruirme y vengarse. Después de hoy ya no estaba seguro.
- Edu, lamento lo sucedido. - Yo hablé.
- ¿Para donde vamos? - le preguntó.
Suspiré y confesé:
- Honestamente, perdí la voluntad de hacer cualquier cosa hoy. Lo siento mucho.
- Todo bien.
Arrancó el auto mientras regresaba.
- No quiero que te lastimes por mi culpa, Edu.
- Ya no me importa. - el dice. – Confieso que al principio estaba un poco preocupado. Ahora creo que realmente necesito tomar más riesgos.
- ¿Como asi?
- Ni siquiera me gusta este trabajo. Si me despiden, tal vez haga algo que me haga más feliz. Me gustas, Julieta.
- A mí también me gustas... Pero estoy tan envuelto, Edu.
- Supongo. Casado con uno, enamorado de otro.
Lo miré confundido. ¿Era tan visible?
- Ya no creo que