Killiam
Sobre mi caballo, todavía oscuro, cabalgo en dirección al palacio donde se llevará a cabo el encuentro de reyes y alfas.
Dejé a Harold y a Kim a cargo de la manada, pero también investigando el supuesto suicidio de la testigo.
No me gusta irme por varios días en la situación en la que se encuentra Luna Carmesí, pero no hay de otra. Necesito conocer al tal Arion y a su luna, entender por qué mi lobo me insta a hacerlo.
Mis guerreros vienen detrás de mí y Kul a mi derecha. Ella siempre ha sido muy leal y entregada a las necesidades de Luna Carmesí, respetada por todos y admirada por los dones que ella misma ha aprendido a desarrollar.
Yo también confiaba en ella casi a ciegas y la admiraba mucho; sin embargo, últimamente me hace sentir incómodo.
La culpa me apuñala y me acusa, porque es injusto ese sentimiento de aversión que ella me provoca, y de verdad lucho en contra de él, mas no puedo evitarlo.
Eso, de alguna manera, me pone receloso. Por algo me siento así, ¿no?
Suelto un