Morana
Endulzo mi té mientras escucho los últimos acontecimientos acerca del ala del palacio donde vive Killiam y su regreso.
Suelto un largo suspiro. Ni siquiera la presencia de la exluna Desterbia ha servido para convencer a Killiam de que se una a mí.
Y me duele su rechazo.
—Según supe, el rey alfa está revisando las pruebas que le presentaron. Incluso están interrogando a los testigos. —Ella se acerca un poco y baja la voz—. Se dice que hay discrepancias en los testimonios y que es posible que la luna sea inocente. ¡Se imagina!
Un escalofrío me recorre por completo ante esa información. ¿Tanto la ama Killiam que no acepta su culpa?
Odio a esa maldita con todas mis fuerzas. Esa intrusa se interpuso entre Killiam y yo, y luego se atrevió a arrebatarme a mi cachorro.
—No permitiré que él la exculpe de su pecado —digo, y mis dientes crujen por la ira—. Incluso debería buscarla y hacerla pagar por su crimen atroz, en vez de estar justificándola. ¡Maldito traidor!
La expresión de mi cr