Killiam
La luna se muestra llena y amarillenta, orgullosa de su hermosura y de la luz que le brinda a la noche.
Tras un largo día de viaje, mis hombres y yo decidimos acampar en un campo, donde hemos erigido varias tiendas para pasar la noche.
Trato de concentrarme en la misión, pero la esencia de jacintos y rosas resalta entre el aroma de la carne que se asa en las fogatas, y me tiene inquieto.
Ella es mi mate...
Trago saliva y clavo la mirada en el mapa mientras escucho atento las palabras del gamma. Estoy haciendo un gran esfuerzo por no ir por ella y hacerla mía ya.
Mi lobo me tiene loco con el reclamo, y la emoción de haber encontrado a mi mate al fin me desconcentra.
—Alfa, creo que he cubierto todo el territorio que habíamos marcado. Ya podemos ir a casa —menciona el gamma.
Ansioso, termino el informe y miro en dirección a Lara, así me dijo que se llama. Parece un animalito asustado, sentada en el suelo y alejada de todos mientras abraza sus piernas y nos observa como si fuéra