50. El eco de la verdad
Cuando la verdad encuentra eco, también despierta a los fantasmas que temen ser descubiertos.
La mañana amaneció con un aire fresco en Roma, y la oficina de Valentina olía a café recién hecho y a papel húmedo. Había trabajado hasta tarde la noche anterior, revisando cada línea de su último artículo antes de enviarlo a una plataforma digital independiente. No esperaba demasiado: un par de reacciones, quizás algunos comentarios en redes sociales. Lo suficiente para sentirse satisfecha con su labor, aunque el eco fuera pequeño.
Pero esa mañana, apenas encendió el ordenador, su bandeja de entrada estaba desbordada. Los correos se acumulaban con asuntos que iban desde simples felicitaciones hasta propuestas inesperadas.
Leyó uno en particular con el ceño fruncido:
“Estimada Valentina Rizzo:
Hemos leído con gran interés su artículo sobre las conexiones entre empresarios de la construcción y el colapso de edificios en Roma. Nos gustaría conversar con usted acerca de republicar su trabajo en