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InicioPasión entre Sábanas de Seda — TENTACIONES I
Pasión entre Sábanas de Seda — TENTACIONES I

Pasión entre Sábanas de Seda — TENTACIONES IES

Romántica
Isabella Rossi  Completo
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35Capítulos
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Resumen
Índice

Sinopsis

Triángulo amorosomanipuladorMaduroInteligenteDiferencia de edadMultimillonarioObsesión

LIBRO 1 - TENTACIONES 1 «El placer de la caza es el placer de la espera». Richard Jones, un hombre de treinta y cuatro años, atractivo y manipulador, se instala en Boston para comenzar una nueva vida luego del rotundo fracaso de su matrimonio. Tentado con una oferta de negocios, decide acudir a una fiesta donde una exuberante y sensual mujer llama por completo su atención. Sin embargo, grande fue su sorpresa al enterarse que aquella bella muchacha se trataba nada más y nada menos de la sobrina de su mejor amigo y futuro socio: Samanta. Consciente de causar cierta turbación en la joven que acababa de prometerse en matrimonio, decide emplear todas las artimañas de un hombre experimentado, introduciéndola en un peligroso juego de seducción y manipulación, donde lentamente la hará caer hasta poner en la cuerda floja todo su futuro. A Rick no le importaba absolutamente nada. Le había gustado Samanta y la quería para él, sin importar el costo que debía pagar… o sobre quién debía pasar. Pero… no todo saldría como él lo había planeado.

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Pasión entre Sábanas de Seda — TENTACIONES I Novelas Online Descarga gratuita de PDF

Último capítulo

  • EPÍLOGO

    Nuevamente transcurrieron dos semanas en las que seguí sin saber nada de él.Eso me hacía pensar en las noches que si no era yo quien lo hubiera buscado en todo este mes, de todos modos, él no habría vuelto a mí. No habría llamado tal como no lo hizo. No me habría respondido, aunque fuera un puto correo, pese a que en las madrugadas no me cansé de escribirle cientos de palabras de amor, de odio, de dolor y arrepentimiento por haber confiado tanto en él.Mi cabeza deliraba y maquinaba desde lo más peligroso que pudo haberle sucedido hasta lo más bajo que él me pudiera hacer. Las cosas solo caían por el peso de darles la razón a las personas que me decían que se arrepintió y decidió marcharse. Tal vez si al menos el conserje no me hubiera dicho que se marchó por su propio pie, con sus cosas en mano, habría creído lo peor, mas

  • CAPITULO FINAL

    Cuando llegué a casa, John se encontraba sumamente concentrado en su ordenador con una sudadera y un pantalón deportivo. Se veía jovial. Reí en mi interior deseando que Linda pudiera verlo de este modo.Me acerqué hasta el sillón donde estaba hundido y tomé asiento a su lado.—Hola, pequeña. No te oí llegar. —Levantó la vista y se quitó las gafas—. ¿Estás bien?—Sí, tío, pero quería pedirte un favor. —Tomé aire mientras John se cruzaba de brazos aguardando a que le dijera lo que necesitaba—. Invité a cenar al hombre que amo y me haría muy feliz que lo recibieras de buena gana.Infló su boca con aire y se sacudió el pelo. Largó la respiración y asintió poco convencido. Aun así, una gran sonrisa se formó en mis labios y me lancé sobre &

  • CAPITULO 33

    SAMANTAEl mes pasó volando, como le había dicho a Rick, y me encontraba ansiosa porque John cumpliera su promesa. Faltaban apenas tres meses para el matrimonio y no deseaba alimentar más ilusiones en nadie. Durante las cuatro semanas tuve que rechazar a Frank de modo sutil las pocas veces que nos veíamos porque él se encontraba con muchas responsabilidades encima, ya que antes de la fecha fijada para nuestra boda su padre lo nombraría presidente de Müller Enterprise. Sin embargo, el corazón se me estrujaba cuando en su mirada vislumbraba la decepción y la tristeza por mi actitud. Con Rick conversaba a diario antes de dormir para que John no escuchara ni por casualidad la conversación y se diera por enterado de que portaba un móvil pese a que me arrebató el anterior. Al menos dos o tres veces por semana me escabullía de la casa de Linda para po

  • CAPITULO 32

    SAMANTAPoco a poco fue aflojando aquel agarre firme y posesivo que empleó en mi espalda. Podía oír los latidos en su pecho como si un tambor amenizara una marcha. Su respiración lograba que su aliento llegara hasta mi garganta, haciéndome temblar por todo lo que para mí ese hombre significaba. Sabía que lo que sentía ya no tenía remedio y que por el resto de mi poco interesante vida lo único que se quedaría para siempre en mis recuerdos como lo más audaz y peligroso que he hecho serán estos momentos que le he robado al tiempo para compartir un momento de intimidad con mi hombre amado.No habría forma ni día de evitar que él estuviera pululando en mi mente con aquellas palabras salvajes y suaves que me dedicó en este corto tiempo. Lo mejor de todo es que presentía en mi corazón que Rick pensaba

  • CAPITULO 31

    SAMANTAAl día siguiente, luego de la oficina, Linda fue llegando a casa como si nada.—No pensé que tu tío esta vez se excediera tanto; el tipo de la entrada parece una montaña viviente —masculló mientras entrábamos a mi cuarto.—Está muy molesto. Será difícil salir de aquí sin que sepa a dónde voy.—Solo tengo que decirle algunas palabras y verás que nos dejará salir —se lanzó de espaldas a mi cama susurrando a modo de lamento aquellas palabras.Me recosté a su lado, curiosa.—¿Qué pasa entre ustedes, Linda? —Ella entrecerró los ojos y tragó con fuerza—. Dime que no te está lastimando…—Él… él no me ha lastimado, Sam. Yo misma soy quien se martiriza sintiendo lo que sien

  • CAPITULO 30

    SAMANTACuando llegamos a la empresa, el coche que nos seguía también se detuvo y un grupo de hombres vestidos de negro descendieron de él para seguirnos hasta la entrada de la compañía.—Louis —se dirigió a un hombre de un físico extraordinario, pero con canas que anunciaban que debía rondar los cincuenta—. Ella es Samanta, mi sobrina, y por quien debes preocuparte principalmente.—Buenos días, señorita —saludó el hombre.Por el enfado no devolví el gesto y solo caminé con prisa hasta entrar al edificio.Subimos al elevador.Al llegar a nuestro piso quise caminar en dirección a mi oficina, pero la voz de John me detuvo.—Trabajarás conmigo en mi oficina.—Pero… mis cosas…—Tus cosas ya las he mandado a mudar jun

  • CAPITULO 29

    SAMANTA—Tío… yo…Se acercó bruscamente a mí, tomándome del brazo y obligándome a caminar hasta el salón para dejarme caer sobre uno de los sillones.—¿Qué está pasando, Samanta? ¿Alguien te está manipulando? —preguntó con desesperación mientras arrastraba hasta delante de mí la mesa de centro y se sentaba en ella—. No quieras mentirme a mí como le has mentido a Frank. ¡Dime quién es ese hombre para ir a matarlo con mis propias manos!Negué con la cabeza; lágrimas salían de mis ojos.—No quiero casarme con Frank —dije en un hilo de voz y me vio decepcionado—. No lo amo.—¡Pero qué disparates estás diciendo, niña! —dio un potente grito y se puso de pie. Se pasó

  • CAPITULO 28

    SAMANTATodo lo que había oído de su boca parecía un sueño… un sueño que probablemente jamás se haría realidad, pero mi pecho tiritaba de alegría al percibir en sus palabras una absoluta sinceridad. Sin embargo, estaba aterrada; tenía pavor al momento preciso de mirar a la cara a las personas que decepcionaría con aquella decisión, además de temer lamentarme, porque, al final de todo, Rick no cumpliera su palabra. Sentí sus manos recorrer mi cuerpo de un modo distinto, como si se quemaran al tocar mi piel y, al mismo tiempo, tuviera miedo de lastimarme. Removiendo mi cuerpo bajo el suyo, había advertido cómo la luna llena nos regalaba su tenue claridad a través de los cristales. Elevé mi rostro en dirección a su cara para constatar que el hombre que me torturaba en sueños había cobrado f

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35 chapters
CAPITULO 1
Pasión entre Sábanas de Seda — TENTACIONES I/Isabella Rossi
SAMANTA  Boston, Massachusetts ¡Fuego!Mi cuerpo ardía y temblaba a la vez.Esos ojos… esos ojos que me taladraban y causaban espasmos que no sabía podía experimentar; espasmos de placer, de tortura exquisita y un vaivén de emociones que jamás había vivido.Un tacto que quemaba con cada roce, unas manos firmes que conducían a mi cuerpo al delirio del placer.—¡Ahhh! —gemí ansiosa al sentir unos dedos adentrarse entre mis muslos. Palpaban mi sexo que estaba insólitamente mojado.Mi cuerpo parecía pegado a la cama, amarrado con hilos invisibles que me impedían moverme para verlo a la cara. Mi rostro de lado, sobre la almohada de plumas y fundas blancas, deseaba con fervor poder v
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CAPITULO 2
Pasión entre Sábanas de Seda — TENTACIONES I/Isabella Rossi
RICHARD JONES  En medio de una crisis de llanto de Erín, tomé aquel avión en el aeropuerto de Londres. Emily, mi ex esposa, había manipulado a mi pequeña hija para que llorara a mares y la culpa no me dejara partir.Apenas había salido la sentencia del divorcio y era oficial; estaba soltero legalmente, aunque desde hace dos años vivíamos separados. Cada quien hacía su vida a su modo.Las cosas entre Emily y yo no resultaron desde un principio, así que no quería siquiera pensar en la idea de volver a tener a alguien en mi vida de una manera formal a pesar de tener tan solo treinta y cuatro años.Llegué a Boston renovado por completo, sintiéndome liberado de una vida a la que mucho tiempo me até por mi pequeña, pero en la que ya me sentía ahogado, asfixiado por tener a Emily respirándome en
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CAPITULO 3
Pasión entre Sábanas de Seda — TENTACIONES I/Isabella Rossi
SAMANTA  Me levanté ese día con unas tremendas ojeras, pues no concilié para nada el sueño. Volver a ver a Rick me había afectado demasiado, tanto que estaba muy sorprendida porque creí que era algo del pasado, algo insulso que no podría sacudir mi interior como cuando era una simple adolescente.Necesitaba olvidar ese estúpido amor de infancia o perdería algo más que la cordura en presencia de ese hombre ya maduro y, para qué negar, demasiado sensual. Con el simple halo de su voz y la evidente experiencia que destilaba por cada poro de su piel, alborotó sin dudas mis hormonas como nunca las había sentido.Como una tonta quinceañera, marqué de inmediato el número de Frank y lo invité a almorzar para, por lo menos, tener la excusa de no dejar caer la baba por Rick.«¡Tonta! ¡
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CAPITULO 4
Pasión entre Sábanas de Seda — TENTACIONES I/Isabella Rossi
RICK  Cuando llegué a casa de John, oí las felicitaciones efusivas que le propinaba al muchacho que estaba con Samanta. Al fin conocería al susodicho noviecito y tendría un mejor panorama de lo que me esperaba con esa belleza que quería para mí.De todas maneras, era evidente que no deseaba casarse con ese joven y, mucho menos, estaba enamorada, por lo que le estaría haciendo un favor y no otra cosa.Ladeé mi rostro, viéndolo por detrás de la silueta de John. No podía negar que no estaba nada mal. Sin embargo, estaba seguro de que salía ganando en experiencia, y es que la diferencia entre él y yo era que a mí no me interesaban las rosas y corazones. Solo quería deleitarme y saciar mis ganas con aquella mujer que dejó de ser «la pequeña Sam», como John se empeñaba en llamarla.
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CAPITULO 5
Pasión entre Sábanas de Seda — TENTACIONES I/Isabella Rossi
RICK  Llegué a mi departamento con bastante tensión en el cuerpo por mis pensamientos poco inocentes hacía Samanta. El lugar se trataba de un ático bastante lujoso con una habitación principal y tres habitaciones para las visitas. Del elevador, marcando el código del departamento, se accedía directamente al vestíbulo que le correspondía y dividía la entrada al salón principal mediante una puerta de cristal. La estancia era impresionante por las vistas que ofrecía. El piso era de madera de roble lustrado, al punto de poder contemplar en él mi propio reflejo. El salón era muy amplio y se dividía en tres ambientes. El primero; una sala principal decorada con sillones de cuero marrón, mesa centro de cristal, una chimenea moderna y un mobiliario que ostentaba en él un enorme televisor con consola y en uno de los costados
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CAPITULO 6
Pasión entre Sábanas de Seda — TENTACIONES I/Isabella Rossi
RICK  Cuando John me dio las nuevas coordenadas, supuse que se debía a que una de sus aventuras se encontraría allí, y mi intuición me decía que tal vez se trataba de la amiga de Samanta.Sonreí con satisfacción, imaginándola nerviosa al verme también allí, provocándola a ella y al muchacho que tenía por novio.Sin embargo, al llegar al lugar, grande fue mi sorpresa de hallarla sola. No podría escudarse detrás de aquel niñato, ni muchos menos tendría a su tío John para sacarla del apuro al que la sometería.La había visto llegar, beber apenas una cola y luego bajar a la pista principal para danzar como el mismísimo diablo… Provocó, incitó y movió su delicado y sensual cuerpo de sirena sin que supiera que la estudiaba desde la terraza, donde beb&ia
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CAPITULO 7
Pasión entre Sábanas de Seda — TENTACIONES I/Isabella Rossi
SAMANTA  Entré con prisa y con el cuerpo trémulo al piso que compartía con John. Al cerrar la puerta, emití un hondo suspiro. Me recosté en la lisa superficie y cerré los ojos para intentar procesar todo lo que acababa de ocurrir en casa de Rick.«¡Estuve en casa de Rick! Pero ¿qué demonios me ocurrió para haber accedido marcharme con él?», pensé en mis adentros, completamente sobrepasada por todo lo que ese hombre causó en mí, tan así que solo empleé unas cuantas palabras.Inhalé y exhalé varias veces, tratando de olvidar su cálido aliento en mi nuca y en la piel de mis hombros mientras afirmaba con total convicción que el motivo por el que no tenía entusiasmo alguno por mi matrimonio con Frank… se debía a que estaba interesada en él
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CAPITULO 8
Pasión entre Sábanas de Seda — TENTACIONES I/Isabella Rossi
SAMANTA Oí el despertador y, por primera vez en mi vida, no deseaba desprenderme de las sábanas. Con pereza, comencé a removerme en la cama. Intenté espabilarme y abrir los ojos sin mucho éxito. Era lunes y debía acudir a la oficina, más aún porque durante la mañana presentarían a un nuevo socio comercial que aportaría un capital importante para un nuevo proyecto en Europa y Las Vegas.—¡Sam! —oí a mi tío gritar tras la puerta—. ¡Pequeña, levántate!—¡Ya voy, tío! —Puse una almohada sobre mi cabeza.Sin mucho afán, me metí en la ducha y dejé caer el chorro de agua caliente sobre mi piel. Sentía ciertas molestias en mi sexo por lo que había pasado con Frank. Tal vez no lo amaba como debía, pero estaba segura de que, si pon&iacu
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CAPITULO 9
Pasión entre Sábanas de Seda — TENTACIONES I/Isabella Rossi
RICK  Con una sonrisa que Samanta no había podido ver, salí de su oficina dejándola picada con mis insinuaciones. Pero era la verdad, y aunque ella me gustaba demasiado, no mentiría para meterla a mi cama. Ella tendría que ser consciente de que, si venía a mí, sería por su propia voluntad y sabiendo que conmigo podría tenerlo todo, excepto una relación como la que tenía con ese muchacho.Las cosas marchaban tal y como lo planeé: con ella sintiéndose acorralada por lo que sentía hacia mi persona.Cuando en mi piso reaccionó de tal forma por afirmarle con absoluta convicción que en ella vivía un sentimiento que la llevaba a mí, comprendí que solo le faltaría un pequeño empujón para que comenzara a ablandarse, ceder a sus impulsos y deseos más pecaminosos. La hab&
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CAPITULO 10
Pasión entre Sábanas de Seda — TENTACIONES I/Isabella Rossi
SAMANTA  Rick me dejó completamente aturdida con su comportamiento y peor aún con la invitación poco decorosa que hizo al marcharse. No podía negar que ese hombre jugaba con mi mente y con las reacciones de mi cuerpo; siempre movía los hilos de mis pensamientos más pecaminosos y manejaba como un títere los movimientos de mi anatomía, que con pocas palabras se rendía a sus deseos. Me picaba y atraía sembrando la curiosidad; la insinuación en su boca me haría descender al mismísimo infierno si no cuidaba mis pasos.Suspiré frustrada por la tensión que había dejado en mi cuerpo mientras ignoraba las llamadas incesantes de Frank. Me recosté en mi sillón y di vueltas en él. Mi atención se fijó en el techo.«¿Y si Rick tiene razón? ¿Mi matrimonio ya
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