Zane.
—¡Largo! –exclamé a la mujer que llegó. Me sentía frustrado, mi miembro no se volvía erecto con ninguna mujer. Había probado con docenas de ellas. No. No podía pensar en… esa asquerosa humana.
—¡Mierda! –exclamé enojado y le dí un fuerte golpe al colchón. De pronto, ingresó una chica. Era delgada con su cabello rubio y ojos marrones. Me observó y avanzó hasta llegar en silencio frente a mí –Nombre.
—Soy Ani…
—Empiezas con A –comenté con una sonrisa seca, de pronto la puerta se abrió. Uno de mis hombres, ingresó agitado. —¿Qué?
—Vimos a nuestra futura Luna, de la mano con otro hombre.
Mis ojos se abrieron con sorpresa. La chica aún estaba de pie frente a mí.
—Lo dejaremos cuando vuelva –com