—Luka solamente te usaba para conseguir tu fuerte sangre, ¡nada más! –exclamó y mis ojos se llenaron de lágrimas asintiendo.
—Lo sé… pero este bebé Zane, no tiene la culpa. Yo… no sabía que eso podía ser posible. Mierda –chillé cubriéndome el rostro sin saber bien que hacer.
—Querrán casarte…
—Pero tu me protegeras –contesté y él se quedó viéndome unos segundos antes de asentir.
—Ya… había escuchado eso antes –dijo deteniéndose a la mitad de la frase e ingresó al auto –hay que desaparecer.
—¿D—desaparecer? –pregunté y asintió. Tomó su teléfono, realizó algunas llamas que no podía llegar a comprender, y finalmente aceleró lejos de allí. No sabía hacia donde iríamos, pero mis dudas fueron resueltas, cuando llegamos al aeropuerto.
—Bien, te compré un pasaje. Tu vuelo –comentó y observó su teléfono –sale en una hora.
—Zane… ¿no vendrás conmigo? –pregunté temblorosa y negó –ven conmigo y con Yes…
—Debes estar sola. Yo… buscaré a las personas que querrán hacerte daño. Prometo que nadie te l