—¿Eso es posible?
Recuerdo que pasamos toda la tarde recogiendo flores, y cuando por fin regresamos a casa, mamá estaba allí, esperando con una sonrisa.
—Chicas, ¿cómo les fue? —preguntó, corrí hacia ella exclamando con mucho entusiasmo:
—Mamá, ¡Ailim tiene poderes! —exclamé, y mamá se sorprendió.
— ¿Poderes? —preguntó nuestra madre, mirando a Ailim, que se encogió de hombros.
—No estoy segura de qué pasó —dije —, pero mi cortada se curó sola.
Mamá se volvió hacia Ailím.
—Y ¿por qué crees que Ailim tiene poderes?
Miré a mi hermana y luego a su madre.
—Bueno, recogimos flores —dije— y me corté la mano en una roca afilada. Pero cuando yo miré mi herida, estaba desaparecida. Así que me pregunté si ella tenía poderes, como en las películas.
Mamá alarmante se arrodillo a su nivel.
—Bueno, puede que sea cierto o puede que no —dijo nuestra madre, y nos miramos entre sí —, pero lo importante es que no tengas heridas y que hayan recogido algunas hermosas flores.
Con felicidad, habíamos asen