32. ¡¿Dónde está mi bebé?!
Los dos iban en el auto en silencio.
Era un poco raro cambiar de un momento tan intenso a uno tan tranquilo y además, con la expectativa de que la noche aún era muy joven y había promesas sin cumplir.
Solo, que cuando se tiene un bebé a cargo, no valen planificaciones, todo gira, en torno a esa pequeña vida indefensa.
— Sr. Brown, que bueno que ya llegó, estaba a punto de llamarlo, disculpe que interrumpa su tiempo de descanso— la enfermera enseguida se les acercó, a penas Steve y Emma pasaron primero a darle una mirada a su hijo.
— ¿Qué sucedió? – Emma fue la primera en acercarse a la cunita con el corazón apretado en su pecho.
Solo lo había dejado unas horas y algo había sucedido.
— Sra. Green, el bebé estaba un poco majadero para dormir y pensé que quizás era porque la extrañaba, como usted es su nana habitual.
— Pero luego comenzó a tener tosecita y ahora al ponerle el termómetro, pude darme cuenta de que tiene una leve fiebre— la enfermera comenzó a explicarse.
Emma enseguida fu