Envuelto en el suave calor del sol de mediodía, Johannes leía sentado en la tumbona frente al tranquilo mar Mediterráneo. A su lado, Sheily descansaba boca abajo.
No había ruido ni inquietud; todo fluía al ritmo sereno de las olas. Esa paz era la que tanto necesitaba. Mientras leía sobre un demente que espiaba a su vecina con oscuras intenciones, comprendía qué era lo que le faltaba para sentirse completo.
El sonido de su teléfono lo sacó de su concentración. Era un mensaje de Estefanía.
Estefanía y el asunto que habían dejado a medias.
Estefanía y esos besos insensatos que habían logrado distraerlo brevemente del que era su propósito.
Estefanía y las ilusiones que él había roto...
Estefanía: ¿Sabía que XKL tiene una filial en Tailandia? Es una fábrica y catorce personas murieron allí el año pasado debido a las pésimas condiciones laborales. Tres eran niños y los demás eran inmigrantes irregulares a quienes les pagaban con comida y alojamiento. ¿Quiere ser cómplice de trata de bla