Mundo ficciónIniciar sesiónLa palabra "fugitivos" quedó suspendida en el aire del piso industrial, un epitafio para su breve y sangrienta victoria. El refugio, que un momento antes se sentía como un santuario, ahora se había transformado en una trampa de cristal con vistas a una ciudad que se había convertido en su coto de caza. Cada sirena distante en las calles de Milán sonaba como si viniera por ellos. Cada ventana era una exposición.
—Tenemos que irnos —dijo Luciano al instante, su mente táctica ya en modo de escape. Estaba guardando su equipo con una eficiencia febril—. La policía establecerá un perímetro, bloqueando las autopistas, las estaciones. Tenemos, como mucho, una hora antes de que esta ciudad se convierta en una jaula de la que no podremos salir.
—¿Ir a dónde, Luciano? —replicó Alessandro, su propia mente corriendo, procesando las implicaciones, la furia de la b







