Capitulo 27. Lo Que Antonella Robo
La revelación de que el "robo" de su madre era el corazón de la venganza de Bellini no le trajo a Isabela la paz del conocimiento, sino el tormento de un nuevo y febril propósito. La guerra que libraba ya no era abstracta, ya no era sobre corporaciones y deudas. Era visceral. Era sobre su sangre, sobre el fantasma de su madre. Para entender la naturaleza de esa herida purulenta, transmitida de padre a hijo, tenía que dejar de buscar en los fríos y lógicos libros de contabilidad y empezar a buscar en el caótico y sangriento archivo de los corazones humanos.
Su nueva estrategia nació en la quietud artificial del búnker, un santuario de hormigón que se había convertido en su sala de guerra personal. Ya no era "Ana Stevens", la analista brillante. Era la hija de Antonella Moretti, una detective de fantasmas, y su investigación se había vuelto una obsesión. Dejó de lado las proyecciones financieras, los flujos de capital y el apalancamiento de Bellini. Se sumergió en la sección más descuid