—¿Qué? ¿De qué hablas?
—¿Acaso eres sorda? Te dije que haremos la prueba de paternidad, y si resulta ser mi hijo, no pienso permitir que te quedes con él.
Las palabras de Callum son duras, pero la mirada de Lana es penetrante. La decepción en sus ojos golpea el ego del hombre que no creyó sentirse tan mal con tan solo ver su expresión.
—¿Por qué me miras así? ¿Acaso, tienes algo que refutar? —Callum intenta parecer indiferente ante la expresión de Lana, que verdaderamente lo estaba haciendo sentir como un desgraciado, tan solo con mirarlo.
—¿Refutar? Nada. Que podría yo refutar contra el gran Callum O´Sullivan, dueño de verdades absolutas.
—Si tienes algo que decir, ahórrate el sarcasmo y dilo de una vez. —Se acerca desafiante.
—Está bien. Quiero decirte que realmente no eres tan inteligente como creí, y que de haber sabido que serias tan despreciable y vengativo hubiera sido mejor dejarte creer que mi hijo era de Felipe.
—¿Te atreves a mencionar su asqueroso n