—¿Tú sabías que veníamos? —le preguntó Mía a Santiago y él asintió—. ¿Por qué no me dijiste nada?
—Porque él no sabía exactamente lo que iba a pasar —lo rescató Guido—. Solo le dije que teníamos que irnos y le pregunté si estaba dispuesto a ayudarlas.
—Y aquí estamos —dijo Santiago encogiéndose de hombros mientras las muchachas lo miraban—. Te dije que no te iba a volver a dejar si me necesitabas —le recordó a Mía y luego señaló a Sam—, y eso va para las dos.
Mía le dedicó media sonrisa de agradecimiento pero aun así había cosas que no cuadraban.
—Gracias, Santiago, y perdóname por lo que voy a preguntar pero… ¿por qué tú? —Su pregunta realmente iba dirigida a Gu