Mundo ficciónIniciar sesiónEl tiempo se había detenido.
Sophia yacía en los brazos de Adrian, su pequeño cuerpo inmóvil, sangre empapando su vestido. Adrian presionaba desesperadamente contra la herida, tratando de detener el flujo constante.
—No, no, no... —repetía como mantra—. Por favor, Sophia. Por favor no me dejes. No así. No por mí.
Pero Sophia no respondía. Sus ojos permanecían cerrados, su respiración apenas perceptible.
Clara se había quedado congelada, mirando la escena con horror que superaba cualquier cosa que hubiera experimentado. Y Beatrice... Beatrice seguía de pie con el revólver en mano, mirando lo que había hecho con expresión que oscilaba entre shock y satisfacción.
—Beatrice —Edward habló finalmen







