¡No estoy confundiendo nada, Marcos!, gritó Clara, con los ojos llenos de lágrimas, furiosa. ¡Lo que pasó fue real! ¡Y lo que siento por ti es real! ¡Y no voy a dejar que me hagas a un lado! ¡No voy a permitir que te escondas! ¡No voy a dejar que me destruyas!
Marcos la miró sin decir nada, con la cara seria, pero Clara notó que estaba tambaleándose, que no podía ocultar su miedo. La cosa se estaba poniendo tensa. Y Clara sabía que, si quería tener una relación con él, tenía que luchar contra su actitud de yo puedo solo, contra el miedo que lo dominaba. El drama estaba a todo lo que da, y Clara estaba dispuesta a darlo todo.El hecho de que Marcos se alejara, de que se comportara fríamente y negara el beso y lo que se habían dicho, había dejado a Clara súper dolida y confundida. La confrontación en su oficina había sido un intento desesperado por romper esa barrera que él había vuelto a levantar, pero Marcos se había mantenido firme, negando que lo que habían