El incidente del cuaderno dejó a Clara con una mezcla de emociones: vergüenza, alivio y una extraña excitación. La discusión con Marcos fue intensa, pero su reacción final, esa curiosidad en sus ojos, le dio una nueva forma de verlo. Sabía que había ido demasiado lejos, pero también que había revelado algo más profundo en él.
Los días siguientes fueron tensos. Clara evitaba a Marcos en los pasillos, y él parecía más distante. Las reuniones de trabajo eran formales, sin los debates que habían compartido antes. Clara sentía que había dañado algo.
Sin embargo, para avanzar con la novela, debía buscarlo de nuevo. Tenía preguntas sobre el personaje de Adrián, sobre cómo actuaría en ciertas situaciones, sobre sus motivaciones. Para que la historia fuera real, necesitaba su punto de vista.
Una tarde, Clara se armó de valor y fue a la oficina de Marcos. Llamó a la puerta y, al oír su Adelante, entró con el corazón latiendo rápido. Marcos estaba en su escritorio, mirando su ordenador.
"Señor S