22. Incertidumbre
Livia sentía una profunda y casi desesperada curiosidad; sin embargo, no podía preguntar sin quedar en evidencia ante Garrett, así que, hizo lo mejor que podía hacer en ese caso. Guardar silencio y tragarse la incertidumbre que germinaba en su corazón.
Tal vez… se le habían quedado en casa. Quizá se le hacía tarde para ir al aeropuerto y las olvidó. Era una posibilidad bastante razonable, ¿no?
Livia se puso de pie y dejó de prestar atención a la gente a su alrededor cuando Garrett se le acercó y le dio un beso en la comisura de los labios.
—Buenos días —saludó, esbozando una ligera sonrisa—. ¿Te he hecho esperar mucho? —preguntó, tomando la mano de Livia para llevarla a la silla.
—No, acabo de llegar —mintió, sin soltarse de la mano de Garrett.
Sí, estaba loca por convertir a ese hombre en su prioridad, pero, ¿no era así cuando uno se enamoraba? Ella no había tenido experiencia alguna, jamás entregó su corazón a ningún hombre, por lo que, no sabía cómo comportarse a