04. Eres una Ridley
Livia cerró la puerta con más fuerza de la necesaria. No supo cómo había llegado a casa luego de ese desastroso encuentro con Garrett y con el abogado, pero en la seguridad de su hogar, por fin, dejó escapar un sollozo. Uno. Solo uno.
Caminó hasta el sillón y se sentó, cubriéndose el rostro con las manos. Respirando hondo, intentando inútilmente tranquilizar los latidos acelerados de su corazón.
—¿Qué sucede, Livia?
La voz de Kala, la tomó por sorpresa, no esperaba encontrarla en casa a esa hora, pero evidentemente, ella y la esperaba.
—Te ves como la mierda —dijo Kala sin pensar.
—Gracias, también te quiero —respondió Livia, levantando el rostro y suspirando.
—Lo siento, Livia. ¿Cómo te fue con el abogado? —preguntó.
Kala se sentó al lado de Livia, tomó su mano con una ternura impropia de una amiga, pero Livia no le prestó atención al gesto. Acostumbrada a las demostraciones de afecto de Kala, no le pareció nada fuera de lugar.
—Cómo la mierda. Miller espera que