67. ¿Tu hermano?
67. ¿Tu hermano?
Livia abrió los ojos cuando los primeros rayos del sol se filtraron por las ventanas de su habitación en casa de su abuelo. No tenía ánimos de salir de ella, se sentía culpable por no haber llegado a tiempo a la boda de Knox y, para colmo, ni siquiera se había podido despedir a la mañana siguiente de la boda porque ellos salieron a Grecia antes de que el vuelo donde viajaba aterrizara en San Antonio.
Ella suspiró, empujó las sábanas hacia un lado, se sentó a la orilla de la cama y pensó en lo que podía hacer. Seguramente el abuelo la esperaba para desayunar y hacerle miles de preguntas sobre su retraso. Tenía una muy buena explicación y conocía a su abuelo bastante bien como para saber que iba a entenderla.
Con mejor ánimo, escogió ropa cómoda y fue hacia la ducha. No demoró y, mientras se secaba el cabello, fue acercándose al balcón, encontrándose con una figura familiar, dándole la espalda, hablando por teléfono.
Ella no dudó y salió de su habitación, bajó las escal