18. Es mía
18. Es mía
«Ese bebé no es mío.»
Jamás cinco palabras habían dolido tanto, como ahora. La culpa aplastaba su corazón, se sentía como una vil cucaracha. Había llevado a Nova a interrumpir su embarazo como si fuese un dios para decidir sobre la vida de una criatura inocente. ¡Su propia hija!
Se había dejado llevar por su estúpido orgullo, había dado crédito a aquellas jodidas fotos y, cuando Nova le dio la noticia de su embarazo, fue invadido por el enojo y los malditos celos que le hicieron actuar como un perfecto idiota.
Knox levantó la mirada, esperando ver al médico que atendía a Nova salir de la sala de cirugía; sin embargo, las puertas siguen cerradas. No había noticias y la angustia estaba devorándolo lenta y dolorosamente.
Agachó la cabeza, escondiéndola entre sus manos. Si esas fotos nunca hubieran llegado a sus manos o si Garrett no hubiese desaparecido sin dejar rastros, otra sería la historia. Él estaría allí dentro, sosteniendo la mano de Nova, esperando conocer a su hija.