La batalla seguía con plena furia, sin duda los indígenas eran muy valientes y arriesgados, con lanzas y cuchillos grandes se defendían, mientras que los militares no podían utilizar las armas entremedio de las mujeres, lo que había dado paso a una lucha cuerpo a cuerpo entre todos.
Los hombres Wulka inmediatamente resguardaron a las mujeres entremedio de la batalla, llevándolas a una ruca y entraron las mujeres atemorizadas, Sofía, Rosa, Irinha, Delhia y Kate. Como la batalla no estaba ganada a favor de los militares, Omhar, Antonio y Monke dijeron -tenemos que salir a luchar-
Rosa con Sofía se miraron asustadas, Rosa trató de detener a Monke
-No te preocupes, volveré, cuida a las demás y no salgan, yo estaré afuera para que no entre nadie- le dijo Monke
Sofía quedó mirando a Omhar, pero no se atrevía a decirle nada. Él se acercó a ella y la colocó apartada de la ventana -siéntate en el suelo que es más seguro- ayudándola a agacharse, salió de la ruca con Monke
-Yo tengo que ir a ver