eco de los traidores
Caminé hasta la oficina de Remy entre sin llamar a la puerta lo encontré parado observando por una pequeña ventana que daba a un callejón supe que había ganado algo de tiempo, mientras la ciudad se recompone entre ruinas y promesas
– ¿Qué necesitas? – su voz era tan fría e indiferente
– Solo saber ¿porque los mantienes al margen?– suavice mi voz para generar confianza
– Rebecca es algo que no es de tu incumbencia, ahora vete
– ¿Sigues enojado por lo de anoche? Ya no eres un niño Remy
Había algo más en el aire está noche, no era el silencio de repente, ni el olor a whisky caro que flotaba era una persecución casi invisible
Remy no hablaba regreso a su asiento a revisar documentos con la mirada fija en ello, su ceño está marcado, la mandíbula tensa reconocí ese gesto no era concentración, era furia pura contenida
– ¿qué pasa? – pregunté al fin rompiendo el silencio
Levantó la vista, su mirada era de un hombre que acaba de enterrar una verdad que no puede sos