Naomi permanecía en silencio. Estaba completamente distraída, una expresión de suspenso adornaba su hermoso rostro.
Un empleado se les acercó. "Los señores Torres los esperan en la sala de reuniones", les dijo. Un frío se apoderó de Naomi. Su intuición le decía que ese encuentro no presagiaba nada bueno. Su destino, y el de su familia, estaba a punto de cambiar para siempre.
Tyler se negó de inmediato. La supuesta reunión no era más que una burda estrategia de persuasión, y él no iba a caer en esa trampa ni a permitir que su hermana lo hiciera.
Al ver que Tyler no cedía, el señor Víctor decidió ir a buscarlos personalmente. El joven se mantuvo reacio; compartir el mismo espacio con el hombre que ultrajó a su hermana era impensable. Sin embargo, con una mezcla de amabilidad y respeto, Víctor logró su cometido: los hermanos Ross asistirían a la reunión. Una de las empleadas, amiga cercana de las hermanas, se quedó al cuidado de los gemelos.
En la sala de conferencias los esperaba la mag