Capítulo 8. AMENAZAS
—¿Dónde diablos te metiste? —preguntó Regina, con tremendas ganas de matar a la chiquilla que le sonrió burlonamente al entrar a su casa después de la media noche.

—Eso no te importa —declaró la chiquilla, cambiando su expresión a una de completo hastío.

—Claro que sí. Ya discutimos esto, ¿recuerdas? —preguntó la mayor y la joven rodó los ojos.

—¿Cómo olvidarlo, madre? Si esto ocurre cada que cruzo esa puerta —declaró.

—Me estoy cansando de esto, Fernanda —anunció molesta Regina—, me estoy cansando de tus caprichos y de tu m*****a actitud, me estoy cansando de como respondes, mocosa. Estás tocando el límite, y no va a gustarte llegar hasta allá.

—¿Aun estoy dentro del límite? —cuestionó Fernanda, volviendo a ese tono burlón que Regina detestaba, como todo en esa cría—. No imaginé que tenías tanta paciencia.

Fernanda le sonrió con cinismo e intentó irse, pero Regina la tomó de un brazo y, presionándolo tan fuerte que hizo que el ceño de la chica se frunciera, le hizo una advertencia.

—N
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo