El salón había quedado por completo vacío y sólo estábamos nosotros cuatro.
— Charlotte tiene razón, debes controlar tus sentimientos si quieres seguir viviendo aquí. — repuso Fabián.
— No sé de qué hablan. — les dije mientras me marchaba del lugar.
— Casi nos mata y ni siquiera se dio cuenta. — acotó Cassiel frustrado.
— Hay que admitir que sus poderes se le parecen…— dijo Charlotte.
— Controló a todo un grupo de vampiros, manipulando sus emociones, llevándonos a todos al borde de la locura. Nunca nadie había tenido tanto poder. ¿Quién rayos es esa bruja? ¿De dónde vinieron estas cosas?
— No, Cassiel. No son cosas… Sólo son un espécimen muy raro que deberemos