Capítulo 17
Diego no sabía de dónde había sacado un carro, pero cada mañana, cuando Camila iba a trabajar, él estaba afuera esperándola.

Cuando Camila volvía a casa, su auto seguía estacionado en el patio, pasando la noche allí.

Diego se encargaba personalmente de que cada comida le llegara caliente.

Preparaba o mandaba traer incluso los snacks que a Camila le gustaban de antes, con mucho cuidado y atención, dejándolos en la puerta de su departamento.

Pero sin excepción, Camila siempre los devolvía frente a él, dándoselos a cualquier otro.

En apenas una semana, Diego perdió peso de manera evidente; su estado físico empeoraba a ojos vista.

Cuando sus miradas se cruzaban, Diego se enrojecía, con los ojos suplicantes.

Pero Camila desviaba la mirada enseguida, tratándolo como a un desconocido.

No quería tener más relación con él, ni permitir que su presencia incomodara a Ramiro.

Llegó la primera nevada, y la temperatura bajó drásticamente.

Sabiendo que Camila sentía frío, Ramiro ya había encendido la
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