Capítulo 944
Mateo y Alan estaban juntos.

Carlos, en cambio, se mantenía aparte.

Ninguno de los tres decía nada.

Pero, a juzgar por sus expresiones, solo Alan parecía de buen humor.

Los otros dos estaban serios: uno con la cara tensa, el otro pálido como la tierra.

En cuanto Valerie y yo salimos, Alan nos recibió rápido.

De inmediato intentó tomar el bolso que ella llevaba al hombro.

Pero Valerie volteó el hombro para esquivar su mano.

Alan se quedó sorprendido:

—¿Qué pasa, Valerie? Solo quería ayudarte.

—Cof, cof… —ella tosió, fingiendo, y luego dijo:

—Mejor vete tú primero, yo no voy a regresar todavía.

La sonrisa de Alan se borró de golpe.

Se puso molesto y preguntó:

—¿Cómo que no vuelves? ¿A dónde vas?

Valerie me agarró el brazo y respondió con una gran sonrisa:

—Voy con Aurora a bailar.

De inmediato, la mirada de Mateo, muy seria, se posó sobre mí.

Era como si me dijera: “¡Atrévete a ir a bailar y verás!”.

Recordar que hace un rato se había compadecido de Camila me encendió de rabia.

Así que r
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