—Aurora, parece que sí sabes pasarla bien.
—Jejeje, si quieres acostarte con Mateo, díselo de una, no hace falta emborracharlo. Total, él muere por estar contigo.
Ay… Alan era tan directo que me dejó en la cuerda floja.
Valerie me miró de reojo y luego le dio un manotazo en el hombro a Alan, suspirando:
—¿Tú qué sabes? ¿Ya olvidaste lo que pasó hace cuatro años, cómo trató Mateo a Aurora? Él mismo dijo que la odiaba y que no quería verla nunca más. Así que, aunque Aurora aún lo quiera, no puede mostrar su amor, ¿entiendes?
Alan asintió como si entendiera, pero luego le preguntó a Valerie:
—No entiendo. Si ella quiere acostarse con Mateo, ¿por qué no se lo dice directo? Total, él estaría más que feliz.
—¿Y tú cómo lo sabes? ¡No eres Mateo! —respondió molesta Valerie.
Alan dijo rápido:
—Obvio que lo sé. Mateo se muere por Aurora, no necesita que ella diga nada, él mismo quiere tenerla en sus brazos.
Cada vez me hacían pasar más vergüenza.
Yo, incómoda, dije:
—Mejo