Traté rápido de cambiar de tema y la llevé a la mesa para comer.
Después de la comida, salimos a caminar por un parque cercano para despejarnos un poco.
Mamá me pidió que no le contara a Carlos nada de lo que estaba pasando.
Dijo que a él le había costado tanto encontrar una muchacha a la que de verdad quisiera, y justo ahora que su relación iba bien, estas cosas podrían arruinarle el ánimo.
Pensándolo bien, tenía razón. Decírselo no iba a servir de mucho.
Lo más probable es que reaccionara igual que yo, queriendo ir a ajustar cuentas con papá.
¿Y de qué serviría eso? Solo haría que la familia quedara aún más alejada y que todo se volviera más doloroso.
Le pregunté a mamá si ya había conocido a la novia de Carlos.
Me dijo que no.
Contó que alguna vez le pidió a Carlos que trajera a su novia para que pudieran conocerla.
Él, al principio, aceptó entusiasmado, pero luego siempre había algo que lo obligaba a posponerlo. Así que mamá aún no conocía a su futura nuera.
Ese misterio solo me hi