Capítulo 411
Ese hombre llevaba tapabocas y gorra. Solo se le veían los ojos.

Pero aun así, lo reconocí al instante: ¡era Javier!

¿Pero por qué Javier tenía una mirada tan dura y amenazante?

El corazón me latía con fuerza. Me sostuve del pasamanos, mirándolo con miedo y confusión.

Sin embargo, en los pocos segundos desde que me vio, su mirada cambió por completo. Toda la dureza y el filo se desvanecieron, y en su lugar apareció sorpresa.

—¿Aurora?

Esa voz conocida llegó hasta mí, suave y cálida como siempre, como si ese destello oscuro que vi en sus ojos hubiera sido solo mi imaginación.

—¿Aurora?

Repitió mi nombre y de inmediato empezó a subir las escaleras.

En un momento ya estaba frente a mí.

Lo miré sin decir nada, aún medio aturdida. Por alguna razón, me parecía... inquietante.

—Aurora, sí eres tú —Javier sonrió, y al quitarse la mascarilla, agregó:

—Soy yo, Javier. ¿No me reconociste?

Dije que no en voz baja, con una sonrisa tímida.

Me miró unos segundos, y después, como para justificarse, ex
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