Capítulo 393
Un olor conocido, fresco, me envolvió de repente.

Me apoyé en su brazo para no caerme y luego di unos pasos atrás, dejando espacio entre los dos.

Mateo me miró duro y después entró al baño.

Apreté MIS labios secos y volví a mi asiento.

Apenas me senté, Mateo salió, pero solo fue a buscar un poco de agua para que Camila se enjuagara la boca.

Se me escapó una sonrisa amarga.

Y pensar que por un instante creí que ese hombre había ido a ver si yo estaba bien.

Pero no, todo era por Camila.

Me giré y me sobé el estómago. Seguía sintiéndome fatal, y solo quería que el vuelo terminara ya.

No quería estar ni un segundo más cerca de ellos.

Justo en ese rato, una azafata entró.

—Disculpe, aquí está el remedio para el mareo que pidió.

Mateo me miró de reojo y dijo:

—Dáselo a ella.

No lo entendía. Yo no había pedido nada. Además, esto no era mareo, y con un bebé en la panza no podía tomar cualquier cosa.

La azafata me ofreció las pastillas.

Le dije:

—Gracias, no las quiero.

La cara de Mateo se puso
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP