Capítulo 1541
El tubo de crema salió volando y se estrelló directo contra alguien que acababa de aparecer en la puerta.

La empleada se levantó rápido y, nerviosa, dijo:

—Javier, e-ella no quiso la crema… y además se arrancó el catéter, yo…

—Sal de aquí —dijo Javier, serio.

La empleada asintió rápido y salió corriendo.

Javier se agachó, recogió el tubo del piso y se acercó con una sonrisa tranquila.

—Ustedes, las mujeres, siempre quieren verse bonitas, ¿no? Esta crema…

—¡Lárgate, me das asco! —le grité con rabia.

Javier no se molestó; dejó la crema en la mesa y agarró el tazón de sopa.

—Estás muy débil. Aunque te pusieron suero, tienes que comer algo o te vas a desmayar. Ven, deja que te dé…

—¡Te dije que te largues!

Le pegué un manotazo al tazón; rodó por el piso y la sopa se regó por todos lados. Javier miró el reguero y apretó los dientes; se notaba que estaba molesto, pero igual seguía con esa expresión de niño bueno falsa. Me sonrió.

—Ya, Aurora, no hagas berrinche. Te puedes enojar conmigo, p
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