—La verdad sí me da curiosidad: ¿por qué no buscas la ayuda de Mateo?
En cuanto escuché esa pregunta, pasé de enojada a incrédula, hasta me daba risa:
—¿No lo acabo de decir? Tú no me dejas reconciliarme con Mateo, y además tienes a tu gente vigilándome todo el tiempo. ¿Cómo me atrevería a buscarlo?
Waylon dejó escapar una risa sutil:
—Por lo menos eres sensata —hizo una pausa y preguntó—: Entonces, si Henry se negara a prestarte gente, ¿qué planeas hacer?
—Pues buscarme la vida yo sola, ¿qué más? En el peor de los casos, el show se arruina y tú te quedas sin espectáculo.
—Ja, ja... —había algo en la risa de Waylon que no logré descifrar—. Mañana también es tu boda con Javier, ¿no? Me pregunto si Mateo va a asistir.
De pronto sentí que, pasara lo que pasara mañana, iba a ser un espectáculo interesante.
—Mientras tú te la pases bien, está bien —dije con seriedad, y colgué de inmediato.
No esperaba que Waylon y Henry vinieran otra vez a Ruitalia. Por suerte, esta vez pude confirmar que e