Capítulo 1245
—Je, je, ¡padrino, también viniste! —Luki le tomó la mano a Alan y saltaba de emoción.

Embi, mirando hacia arriba, agregó:

—Padrino, ¿dónde estuviste? Hace mucho que no te veía. ¡Te extrañé muchísimo!

Alan sonrió y les revolvió el cabello con cariño.

—El padrino les trajo regalos de Navidad. Vamos, vengan conmigo a buscarlos.

Luego los llevó hasta el baúl de su carro.

Sonreí; en el fondo, no pude evitar pensar en que si Alan y Valerie tuvieran hijos, iban a ser igual de adorables que los míos.

En la cocina solo quedaba una sopa cocinándose.

Puse la mesa con los platos y los cubiertos mientras Javier se acercaba a ayudarme.

Alan, por su parte, jugaba con los niños y les mostraba los regalos que acababa de traerles.

Le sonreí y le pregunté:

—¿Por qué no trajiste a tu madre y a Zella?

Zella había regresado a Ruitalia hacía unos días.

Al principio quise ocultarle el estado de Valerie porque temía que no soportara la noticia. Pensaba contárselo solo cuando Valerie despertara.

Pero Zella not
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