—¿Todavía te atreves a llamarme? —preguntó Waylon, con un tono burlón.
—¿Qué, querías presumir? ¿Contarme lo valiente e inteligente que es tu marido, que hasta consiguió engañar a Henry?
Quedé inmóvil.
¿A qué se refería con eso?
¿Acaso ya habían peleado... y Mateo le había ganado a Henry?
Intenté calmarme, lista para sacarle información, pero Waylon volvió a hablar.
—Ya lo sé. Mateo planea matarme esta noche, todo para intentar salvar a su querido amigo. Pero tengo curiosidad, Aurora: ¿cómo pudiste permitir que tu marido arriesgara su vida solo por eso?
El corazón me dio un vuelco.
¿Mateo en serio pensaba morir por Alan?
—Ay, Mateito... —continuó él, con voz sarcástica.
—Viéndolo así, parece que tu marido solo se preocupa por su amigo. Tú y tus hijos no significan mucho para él, ¿verdad? Entonces dime, Aurora, ¿ya lo pensaste bien? ¿Vas a venir conmigo a Valkitlaz?
Respiré hondo y respondí con seriedad:
—¿Sigues intentando convencerme de que me vaya contigo? Si no le tuvieras miedo a M