Waylon dijo, con una sonrisa burlona:

—Cuando Mateo se alió con mi propia gente para tenderme una trampa, no lo vi actuar tan "honorable". Pero yo no olvido. Si alguien se atreve a provocarme, solo hay un final posible: la muerte. Y antes de morir, voy a hacer que sufra hasta desearla.

Se rio con esa maldad suya, con los ojos encendidos de locura.

Parecía un demonio sediento de sangre.

Y, como si no bastara, Camila decidió echar más leña al fuego.

—Ay, Aurora, no sabes hablar. ¿Cómo puedes decir que el señor Dupuis fue derrotado por Mateo? El señor Waylon es imbatible... eso fue solo un descuido. ¿Cómo puedes menospreciarlo solo porque eres la mujer de Mateo?

Sentí náuseas.

Por eso siempre supe que Camila no amaba en serio a Mateo.

Lo suyo era pura obsesión y esa necesidad enferma de que todos la desearan.

Mírala ahora, halagando a otro hombre con tal de llamar su atención.

—¿No eras tú la que decía amar tanto a Mateo? —le dije, con sarcasmo.

—¿Y ahora hablas así de él? ¿No temes que e