Narra Milton.
Esa mañana desperté temprano, no podía creer que compartía la cama con la mujer que amo y con el pequeño más hermoso y tierno que he podido conocer.
Tony, poco a poco fue abriendo sus ojitos y me miró fijamente.
― Hola, campeón ― saludé bajito, para no despertar a Nessy.
― Hoda…
― Sh, no hagamos mucho ruido, así no despertamos a mamá, ¿vale?
― Chi
― ¿Quieres que te muestre un regalo que te compré? ― pregunté, un poco emocionado.
― ¡Chi!― exclamó, agitando sus bracitos.
― Ven aquí, campeón ― lo tomé en mis brazos y comencé a caminar hacía donde se encontraba mi maleta.
Revolví las cosas, buscando uno de los tantos paquetes y se lo entregué en sus manitas.
― Toma, este es para ti.
― ¿Y para mami hay segalo?― preguntó.
― Mmm… No traje ninguno para mami, pero podemos ir mas tarde y tú elijes el suyo, ¿quieres?
― Chi, segalo pada mami munita.
― Si, un lindo regalo para la mami más hermosa. Ahora abre tu obsequio, campeón.
― Waoooooooooooooo, gachias…
― De nada, pequeño. Ahora