Una severa punzada de dolor se acentuó en su cabeza, cuándo la claridad que se colaba por la ventana abierta de par en par en la habitación rebotó de forma casi grosera en sus pupilas.
Dejó escapar un leve gruñido, antes de darse la vuelta hacia el otro lado y cubrirse de pies a cabeza con la sábana, tratando de volverse a dormir.
Pequeños flash back de lo sucedido la noche anterior comenzaron a inundar su memoria y todo rastro de malestar y somnolencia se disiparon de golpe.
Se sentó en la cama y llevó sus manos a la cabeza ante el leve mareo que lo sacudió, más no permitió que este lo detuviera en su cometido.
Abrió sus ojos despacio, entrecerrandolos ante tanta luminosidad que los lastimaba, barriendo la habitación con el ceño fruncido y tratando de ordenar todos los recuerdos que se agolpaban en su cabeza de forma desordenada y amenazaban con hacerlo vomitar.
Las cortinas danzaban tranquilamente al ritmo del viento, el sol alumbraba en lo alto y entraba a raudales en el lugar.
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