Capítulo 77 No tienes que intentar complacerme tanto.
El aire de la mañana era fresco, pero el cuello de Raina estaba caliente.
Era su respiración, y él estaba tan cerca... Nadie podría imaginar que Iván tendría un lado tan infantil y consentido.
Raina sintió que su corazón daba un saltito, una sensación que no supo describir en ese momento, pero era como si no pudiera alejarlo.
Ella miraba cómo el resplandor del amanecer se volvía cada vez más brillante, tan brillante como... una herida abierta.
De repente, una imagen cruzó por la mente de Raina, y soltó un poco a Iván.
—Iván —dijo.
—¿Sí? —respondió en voz muy baja, como si de verdad estuviera por dormirse.
—No tienes que intentar complacerme tanto, yo también haré todo lo posible por ayudar a que Celia despierte. —su voz sonó tensa desde que dijo su nombre.
Al escuchar eso, Iván la abrazó más fuerte.
—¿Cómo?
Lo que ella dijo no podía malinterpretarse.
—Iván, te casaste conmigo por Celia, aunque ahora no sé si fue por venganza, por rencor, o si de verdad quieres que se recupere. Pero te