Si de verdad lo quería, no había motivo para dudar. La oferta de Raina no solo superó la de Marta, la dejó atrás por mucho.

Desde antes, las dos ya atraían miradas. Ahora, disputándose el mismo collar, el ambiente se encendió por completo.

Más de uno dejó el celular a un lado para mirarlas con atención, y los murmullos comenzaron a correr por la sala.

Marta jamás imaginó que Raina iba a pelearle justamente ese collar.

¿Lo hacía a propósito?

¿Quería dejarla mal y arruinar esa imagen de "mejores amigas" que se habían armado hacía apenas un rato?

Las personas con pensamientos torcidos siempre interpretan mal todo. Marta era una de esas. Para ella, Raina lo hacía con toda la intención de humillarla.

Lo peor es que había estado tratando de agradar a Raina. Podía haberse echado atrás, sí, pero después de lo que hizo, ya no podía.

Si se retiraba ahora, quedaría como una cobarde, y las señoras ricas no dejarían pasar la oportunidad de mofarse de ella.

—Sesenta mil —dijo Marta, forzándose a seg