El mismo día

Islas Maldivas

Cristal

Supongo que una relación necesitaba más que sexo para sostenerse. Amor, confianza, complicidad. Lo lógico. Pero con David, lo lógico no existía. Todavía me ocultaba cosas, todavía arrastraba esos fantasmas que lo ataban a Blake, y sí, terminé estallando. Estallé con cada palabra que salía de su boca, con cada silencio que me devolvía. Porque no me liberaba… me estaba rechazando. Y volví a sentirme aquella tonta que se ilusiona con lo imposible, creyendo que esta vez podría tener una relación con todas las letras.

Me hirió. Me dolió de una forma que no sabía que era posible. Después de todo lo que había hecho por mantenernos con vida, después de cuidarlo con devoción, de pasar noches enteras junto a él bajándole la fiebre, hablándole, aunque no pudiera oírme. Lo amé sin decirlo. Y eso me destruye más que su rechazo.

Quizás tenía razón —no había futuro a su lado—, pero maldita sea, esa era mi decisión, no la suya. Aun así, él no me dejó opciones. Esa