—Feliz cumpleaños a tí...— susurré la canción en su oído mientras dormía— Feliz cumpleaños a tí— se removió y sonrió— Feliz cumpleaños bestia detestable, feliz cumpleaños a tí.— se movió hasta quedar boca arriba y yo aproveché para besar sus labios— Felices treinta y uno, mi amor.
Con sus brazos me hizo subir sobre él y me apretó contra su cuerpo haciéndome reír sobre sus labios.
Finalmente había llegado su cumpleaños, y me sentía especialmente nostálgica, pues, hoy no sólo celebraríamos su cumpleaños número treinta y uno, sino, también el cuarto mes de Mía, y junto a eso el día de despedirme de Camerón y su familia por un largo tiempo.
Cam se iría hoy en la noche a Nueva York, y aunque quisiera no podría ir y darle un último abrazo antes que su avión despegué y los lleve a kilómetros de mí.
—¿Sabes que esté ha sido el cumpleaños que más he anhelado desde que tengo memoria?— preguntó y yo le dediqué una media sonrisa de labios cerrados.
—¿Por qué?— pregunté recostando mi cabeza sobre