~Pov del Narrador~
Al llegar a la gran Universidad de Economía de Viena, Damien tenía el ceño fruncido. Las jóvenes lo habían relegado al asiento del copiloto, mientras ellas se acomodaban, risueñas, en los asientos traseros.
Al descender del coche, el murmullo de la multitud se palpaba. Una fila interminable de autos lujosos descargaba a los invitados. Damien se ajustó el traje mientras las jóvenes, con sonrisas radiantes en el rostro, se tomaron de cada uno de sus brazos, una a cada lado, para ingresar.
Antes de llegar a la entrada principal, Mike los esperaba. Vestía un impecable traje negro y su expresión era indescifrable. Cuando su mirada se posó en Brina, sintió que el corazón le daba un vuelco. Se veía tan hermosa como siempre, y el impulso de besarla fue tan fuerte que tuvo que contenerse. Con una pequeña reverencia a Damien y Alisha, saludó:
—Señor, señorita, muchas gracias por venir.
Luego, miró fijamente a Brina. Los ojos de ambos se iluminaron al cruzarse las miradas.