~Pov de Damien~
Esta primera semana de septiembre ha sido inusualmente fría, como si el verano se hubiera rendido de repente. Acabo de regresar de un viaje a Londres, donde tuve que acompañar a mi madre a solucionar unos asuntos. En casa, me esperaban Alisha y la abuela, que me recibieron con su habitual alegría. El calor de su bienvenida disipó el frío que sentí en el extranjero.
En Londres, Mike y yo logramos averiguar el lugar donde yacía la tumba del hijo de Elizabeth. Descubrimos que el hombre misterioso que le enviaba dinero y la apoyaba no era otro que Marcus Gruber, un tipo envuelto en un sinfín de delitos. Sus laboratorios fueron sellados hace un año por malas prácticas y por incumplir las políticas de salud pública. Esa revelación me ha dejado inquieto.
Abrí los ojos y vi a Alisha salir de la ducha y vestirse frenéticamente. Me levanté de la cama y la detuve, sujetándola suavemente por los hombros.
—¿A dónde vas tan apurada? —le pregunté.
Ella se soltó de mi agarre