La Confirmación y El Miedo

La clínica a la que Rafaele llevó a Serena era un edificio moderno, de muros blancos y amplias ventanas que dejaban entrar el sol de la mañana. Apenas Rafaele y Teo cruzaron el vestíbulo con Serena, las miradas se giraron hacia ellos. El apellido Moretti seguía teniendo peso en todo el país y, aunque Serena se sentía fuera de lugar entre médicos y enfermeras que los saludaban con una mezcla de respeto y nerviosismo, el brazo de Rafaele mientras la escoltaba a su lado la mantenía firme.

El director del lugar apareció casi corriendo, con una sonrisa de circunstancia y un apretón de manos demasiado entusiasta.

- Don Rafaele, es un honor tenerlo aquí. - dijo con un ligero temblor en la voz, y enseguida llamó a alguien detrás suyo – Supe de su cita médica. Tenemos lo necesario.

- Es para mia figlia. - le dijo directo - Quiero que la traten como si fuera a yo mismo.

- He pedido al jefe de ginecología que la ati